miércoles, 4 de mayo de 2011

Cena De Gala


Primero sirvió el vino 
Después sirvió el pan 
Era de trigo 
Para acompañar el plato principal. 




Todo estaba tan lujoso, 
Y había muchos invitados, 
Todos quedaron encantados, 
Era como un sueño muy hermoso. 




Alguien dijo: ¿y qué es lo que comeremos? 
El hombre contestó: es una sorpresa, 
Es un platillo de grandeza, 
En un momento lo serviremos. 




Y así sirvieron la sopa, 
Estaba caliente y espesa, 
La pusieron sobre la mesa 
Y la sirvieron con una copa 




Estaba deliciosa, 
Con aspecto de color entre rojo y rosa. 
Y así sirvieron las chuletas 
Endulzadas con la suave textura del vino tinto 




Todo estaba tan exquisito, 
Pero nadie sabía la receta. 
La familia muy gustosa 
Terminó en un rato 




La madre y esposa 
Pidió el segundo plato. 
Una charola de plata, tapada 
Estaba en el centro 




Lo que guardaba dentro 
Nadie lo esperaba. 
El anfitrión tintineó su copa con una cuchara, 
Se levantó muy airoso, 




Para que la familia lo escuchara, 
Miró a todos muy respetuoso 
y dijo: 
-señoras y señores 




Quiero brindar 
Con todos ustedes 
Por nuestro plato principal.- 
La mirada del hombre era profunda, 




Y sus palabras perdían el sentido, 
La música se hacía cada vez más oscura, 
Todos ahí estaban confundidos. 
Nadie entendía lo que aquel hombre decía 




Ni la forma en que les agradecía 
De su presencia y atenciones 
Ni entendían las canciones 
Con las que la banda estremecía. 




Todo se trataba de un secreto 
De esos que no son fáciles de revelar 
El hombre se sintió completo 
Al la charola destapar 




Gritos y horrores salidos de un cuento 
Escaparon con semejante escena 
Un olor horrible en el viento 
Desenmascaró al anfitrión de la cena. 




Era de un cadáver esa cabeza 
Que estaba muy bien preparada 
Con sus dedos en la ensalada 
Y con salsa color frambuesa 




La madre y esposa miró en su comida 
Y notó la atrocidad, 
Su hija de 7 años de edad 
Que habían dejado dormida 




Su inocente y tierna carita 
Reflejaban la locura 
De aquella terrible criatura 
Quien con spaghetti cosió su boquita 




Al verlos a todos aterrados 
El hombre soltó una fuerte carcajada 
Y contó a sus invitados 
El placer de tenerla secuestrada 




Miró con cierta ternura 
A los ojos de la madre y esposa 
Y dijo: su pequeña estuvo deliciosa 
Su carne no estaba muy dura 




Después de contar sus atrocidades 
Miró a todos sonriente 
Y les dijo "soy muy influyente 
No se preocupen por las autoridades 




Espero que bien la hayan saboreado 
Porque fue una verdadera bendición 
Y después de haberlos envenenado 
Me despido como es tradición" 




Puso una pistola con una bala 
Apuntando a su propia frente 
Y les dijo a todos sonriente 
¡Gracias por la cena de gala! 
Un estallido retumbó por toda la sala 
Lleno de sangre cayó en el suelo 
Con un agujero de bala 
Dejando a la familia sin consuelo 
Digiriendo su cena de gala.

''Desconocido su autor''

Reír Llorando


Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
y más feliz..." y el cómico reía.
              
Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.
              
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
              
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
              
-Viajad y os distraeréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad. -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer. -¡Si soy amado!
-Un título adquirid. -¡Noble he nacido!
              
-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios? -Mucho... mucho.
              
-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:               
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.
              
Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik? -Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
              
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
              
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!
              
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.
              
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.





''Juan De Dios Peza''
                                                    

Poema 20


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

       Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

       En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

       Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

       Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Yo no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise..
Mi voz buscaba al viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

        Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda

miércoles, 27 de abril de 2011

NOCTURNO...

Una noche,
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Una noche,
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda,
Muda y pálida
Como si un presentimiento de amarguras infinitas,
Hasta el más secreto fondo de tus fibras te agitara,
Por la senda florecida que atraviesa la llanura
Caminabas,
Y la luna llena
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
Y tu sombra
Fina y lánguida,
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada
Sobre las arenas tristes
De la senda se juntaban
Y eran una
Y eran una
¡Y eran una sola sombra larga!
¡Y eran una sola sombra larga!
¡Y eran una sola sombra larga...!
Esta noche
Solo; el alma
Llena de infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
Por el infinito negro,
Donde nuestra voz no alcanza,
Solo y mudo
Por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida
Y el chirrido de las ranas...
Sentí frío. Era el frío que tenían en la alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas!
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Era el frío de la nada...
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,
Iba sola,
¡Iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra, esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella,
Se acercó y marchó con ella...
¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas...!

 ''Jose Asuncion Silva''

LA TUMBA Y LA ROSA...

La tumba dijo a la rosa:
-¿Dime qué haces, flor preciosa,
lo que llora el alba en ti?
La rosa dijo a la tumba:
-de cuanto en ti se derrumba,
sima horrenda, ¿qué haces, di?
Y la rosa: -¡Tumba oscura
de cada lágrima pura
yo un perfume hago veloz.
Y la tumba: -¡Rosa ciega!
De cada alma que me llega
yo hago un ángel para Dios

''Victor Hugo''

viernes, 15 de abril de 2011

Hagamos un trato

Compañera usted sabe que puede contar conmigo,
No hasta dos ni hasta diez, Sino contar conmigo.

Si alguna vez advierte que la miro a los ojos,
Y una beta de amor reconoce en los mios,
No alerte sus fuciles ni piense "que delirio",
A pesar de la beta, o tal vez porque existe,
Usted puede contar conmigo.

Y si otras veces me encuentra uranio sin motivo,
No piense que flogera,
Igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato,
Yo quiciera contar con usted,
Es tan lindo saber que usted existe,
Uno se siente vivo.

Cuando digo esto quiero desir contar,
Aunque sea hasta dos, Aunque sea hasta cinco,
No ya para que acuda en mi auxilio,
Sino para saber a ciencia cierta,
Que usted sabe que puede,
Contar conmigo